Y si la IA ya decidió que no vas a jugar en primera?

La implementación de la IA en el fútbol juvenil y el vacío legal que preocupa.

Tenés 15 años. Soñás con llegar a primera. Te grabás en el potrero, subís tus stats a una app. Una IA te analiza en segundos… y te descarta.
¿Te explican por qué? No.
¿Podés apelar? Tampoco.

Nunca vas a saber qué fue lo que falló. Pero esa decisión puede haberte dejado afuera del fútbol profesional para siempre.

Hoy, cientos de jóvenes futbolistas están siendo evaluados por algoritmos entrenados con criterios que no conocen, desde lugares que quizás jamás pisaron, y por gente que probablemente nunca los vea en persona.

La pregunta es inevitable: ¿puede una IA arruinar una carrera antes de que empiece?

Del potrero al club: una nueva ruta hacia el profesionalismo

Pero no todas son desventajas.

Andre Odeku, delantero inglés, a sus 18 años pasó de entrenar en un parque londinense a probarse con el Burnley FC en cuestión de semanas. ¿La clave? Una app de inteligencia artificial.

Tras ser rechazado por varios equipos, decidió grabarse con su celular practicando jueguitos y remates. Subió el video a AiSCOUT, una plataforma de scouting automatizado.

El algoritmo analizó sus métricas físicas y técnicas y le abrió una puerta que el sistema tradicional le había cerrado: una semana de entrenamiento con la Sub-23 del Burnley. Aunque no quedó fichado, la app le dio visibilidad y hoy juega en el Clapton Community FC.

Su historia no es única.

Ben Greenwood fue convocado por nada más y nada menos que el Chelsea con tan solo 17 años tras destacarse en los rankings de AiSCOUT. Jez Davies, ex Tottenham, consiguió una segunda oportunidad en el “Released Player Programme”, un programa para futbolistas liberados, que utiliza la misma app. Realizó una serie de desafíos técnicos y físicos que llamaron la atención del Burnley, club que finalmente le terminó ofreciendo un contrato profesional.

En todos los casos, los números hablaron antes que los cazatalentos.

Cuando un “NO” lo cambia todo: el origen de AiSCOUT

AiSCOUT nació por una frustración personal: su creador, Darren Peries, no entendía por qué su hijo había sido descartado a los 16 años sin ser evaluado como correspondía. En 2018, decidió convertir esa experiencia en una herramienta de cambio.

Hoy, la app permite a jóvenes de todo el mundo grabarse con su celular, realizar desafíos técnicos y físicos, y subir sus resultados. Un algoritmo evalúa el desempeño y notifica a los clubes cuando encuentra perfiles compatibles con sus criterios.

En sus pruebas beta, 77 jugadores amateurs fueron convocados o fichados por clubes profesionales. Chelsea firmó con AiSCOUT como socio oficial de reclutamiento académico; el Burnley también la incorporó. Y la FIFA la incluyó en su Programa de Innovación, reconociendo su potencial transformador, especialmente en aquellos países con menos recursos para el scouting tradicional.

Lo que la IA ve (y nosotros no)

¿Por qué tantos clubes están apostando por la IA?

  • Porque rompe barreras: un algoritmo puede ver a miles de jugadores a la vez, de diferentes partes del mundo, y con diferentes características.

  • Porque ahorra tiempo y dinero: filtra talentos con una eficiencia imposible para los métodos tradicionales.

  • Y sobre todo, porque ofrece segundas oportunidades: en un sistema donde muchos quedan afuera a los 13 o 14 años, la IA permite mostrar evolución con el tiempo.

Para quienes viven en países en desarrollo, para las mujeres futbolistas que suelen tener menos oportunidades reales, o para ese chico que vive en un pueblo pequeño y sueña con probarse en el club de sus sueños, la IA puede ser su salvación.

La otra cara del partido: ¿una segunda oportunidad o un nuevo filtro invisible?

La inteligencia artificial llegó al scouting con una promesa fuerte: hacer más justo un proceso históricamente cargado de subjetividad. Donde antes dependías de tener un buen día justo cuando te veía un ojeador, ahora podés decidir cuándo y cómo mostrar tu rendimiento.

Pero esa promesa tiene límites.

Los algoritmos no son neutrales. Aprenden de datos pasados. Y si ese pasado arrastra prejuicios: ¿A qué tipo de jugadores favorece? ¿Qué habría pasado con Lionel Messi si una IA lo hubiera evaluado a los 11 años, considerando su contextura y baja estatura?

El riesgo más difícil de detectar es la opacidad.
¿Qué pasa si una IA te descarta sin darte explicaciones, sin decirte en qué fallaste?
No podés corregir. No tenés segunda chance.
La IA puede abrir puertas, pero también cerrarlas… sin que lo sepas.

Y ese riesgo de invisibilización automatizada no es solo técnico: también es legal.

El vacío legal: offside en derechos

En Argentina, la Ley 25.326 protege los datos personales, pero no regula qué pasa si una IA toma decisiones que afectan tu carrera. Hay protección sobre los datos, sí, pero no sobre cómo se usan para definir tu futuro.

En Europa, en cambio, el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) establece que toda persona tiene derecho a no ser evaluada exclusivamente por una IA en decisiones que afecten significativamente su vida. Según su artículo 22, un jugador debería ser informado si fue evaluado por una IA, tener acceso a una explicación comprensible del proceso y contar con el derecho a que una persona revise, o incluso revierta, esa decisión.

En la práctica, sin embargo, eso casi nunca ocurre.
No hay explicaciones. No hay apelaciones.
El descarte es silencioso. El sueño se esfuma sin dejar rastro.

¿Qué hacemos con esto?

No se trata de frenar la innovación. La IA puede mejorar el scouting: hacerlo más justo, más amplio y menos sesgado.

Pero para que lo sea de verdad, necesitamos más que buenas intenciones. Necesitamos reglas claras, procesos auditables, y consecuencias reales cuando no se cumplan.

Argentina dio un paso importante con el Proyecto de Ley 1948-D-2025, que propone regular el uso de la IA con un enfoque ético. Entre sus puntos clave:

  • Supervisión humana obligatoria en sistemas automatizados.

  • Derecho a entender cómo y por qué se toman decisiones sobre una persona.

  • Garantías de procesos justos, no discriminatorios, con rendición de cuentas.

Si se aprueba e implementa correctamente, este marco podría posicionar a Argentina como referente regional en el uso responsable de IA. También podría marcar la diferencia en sectores como el fútbol juvenil, donde como vimos, ya se están tomando decisiones automatizadas sin control humano significativo.

IA, sí. Pero con fair play

La inteligencia artificial puede ser una herramienta poderosa. Puede llevar a un chico del potrero al club, del anonimato a una oportunidad real, sin escalas.

Pero también plantea un desafío: entender cómo funciona, cómo se decide y cómo ser visto. Porque si los datos hablan por vos, tenés derecho a saber qué están diciendo.

El futuro del scouting ya cambió. Ahora, nos toca asegurarnos de que ese cambio sea justo. Para todos.

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